
20 Ene ONG y Estado
En los últimos meses estamos viviendo las consecuencias de un Estado que está en los huesos. Falla en todos sus niveles. No es capaz de quitar la nieve de las puertas de los colegios. Tampoco de poner las vacunas que tiene disponibles. La solución parece que es derivar todo al ámbito privado. Desde quítese usted el hielo de su puerta, a contratamos a tal empresa para hacer esto o a tal ONG para hacer aquello.
Las ONG de desarrollo, aunque la práctica no siempre casa con la teoría, tienen más o menos claro que sustituir al Estado no es una buena idea. No sé si está tan claro aquí en España. Quizá haga falta leer las siguientes líneas de Rafael Díaz-Salazar sustituyendo «ONGD» por «ONG de todo tipo, independientemente de dónde actuemos»:
«(…) las ONGD hemos de estar muy alertas para no sustituir al Estado y colaborar involuntariamente a su desmantelamiento. En este sentido, nuestro compromiso se inscribe en la lucha por exigir al Estado la asunción de sus responsabilidades sociales. Un principio de nuestro enfoque puede resumirse en la idea de que el desarrollo es el resultado del funcionamiento de las relaciones entre economía, instituciones púbicas, estilos de vida y formas productivas. Se trata de un holismo que es más que la suma de elementos. Esto quiere decir que frente al Estado dimisionario, frente al Estado que es patrimonio y botín de unas élites, defendemos un Estado social íntegro, fuerte y capaz de impulsar ese holismo. Posición ésta que nada tiene que ver con una concepción estatista de la vida pública, como tampoco de la economía».
Rafael Díaz-Salazar: 'hemos de estar muy alertas para no sustituir al Estado y colaborar involuntariamente a su desmantelamiento' Clic para tuitear
Datos de la publicación
Rafael Díaz-Salazar (2003) Justicia Global. Icaria Editorial, Barcelona.
Terminé de escribir este post en Madrid el 20 de enero de 2021
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