Diez propuestas para debatir en las ONGD (ante la actual situación de crisis). Parte 2/2

Y aquí van las cinco propuestas que faltaban (viene del post anterior):

Recuperar el espíritu asociativo

Hay que potenciar la implicación de los socios y socias, hacerles partícipes de la vida de las organizaciones, no sólo pensar en ellos como fuente de recursos económicos. Las asambleas (para el caso de las asociaciones) deben ser espacios de participación y de toma de decisiones reales. Hay que hablar con ellos, preguntarles qué creen que pueden hacer para contribuir a los objetivos de la organización, para mejorarla, darles espacios para que pregunten, cuestionen, critiquen, etc. Hacer de la pertenencia a las organizaciones un modo de vida diferente, alternativo, no un recibo más en sus cuentas corrientes.

Más diálogo

Conscientemente utilizo la palabra diálogo. No más comunicación, sino más y mejor diálogo. El tiempo de la comunicación unidireccional ha terminado. Hay que hablar con la gente. Y para ello las redes sociales son imprescindibles.

Por sí mismas las redes no garantizan el diálogo, ni siquiera cuando el discurso teórico es el de la participación. Utilizarlas como un canal adicional en el que se transmiten noticias como si de una página web se tratara no sirve. Hay que pensar en ellas como herramientas para conversar y para fomentar que nuestros “seguidores” se impliquen, interactúen. La web 2.0 no es una tecnología, es una actitud.

A nivel de gestión, coincido con Jaume Albaigés: “las redes son una oportunidad para la descentralización, para el empoderamiento de la periferia, de la base social en sentido amplio. Todas las personas (que lo deseen) deben (poder) ser voz de la organización. ¿Qué le queda a la entidad, pues? Como bien dice Cortés, la responsabilidad de formar adecuadamente a todo el mundo -no sólo al equipo técnico- en el conocimiento y el buen uso de estas herramientas”.

Reforzar la presencia territorial

Si las ONGD quieren contar con el respaldo de una base social amplia, tendrán que ir a buscarla, y no sólo en Internet. Hay que acercarse también “físicamente” al mayor número de personas posible y eso pasa por ampliar la presencia territorial, por llegar al mayor número de autonomías, provincias y localidades, haciendo un mayor hincapié en el trabajo en el ámbito rural, poco explorado hasta el momento.

Flexibilizar los espacios de participación

Habría que pensar si es razonable el modelo en el que todas las acciones (a las de sensibilización me refiero) las ejecutan los equipos de las organizaciones -personal contratado y voluntariado- porque se limita el impacto de lo que se hace. Las ONGD deberían atreverse a abrir la participación a otros. Podría optarse por lanzar campañas que ofrezcan herramientas para que otros hagan, para que otros sean agentes de cambio. Es necesario perder el “miedo” a que personas que no conocemos lancen nuestros mensajes, incluso cuando no sean perfectos, exactos. En este sentido podemos aprender de los grupos de acción de algunas organizaciones, especialmente  británicas.

El papel de las empresas

Cada vez tienen más protagonismo en el mundo de la cooperación. En ocasiones serán objeto de denuncias,  otras veces una fuente de ingresos o de horas de trabajo a través del voluntariado corporativo u otro tipo de colaboraciones. En cualquier caso, parece que han llegado al mundo de la cooperación para quedarse, por lo que parece inevitable tenerlas en cuenta. Cada organización que decida el  modelo de relación con la empresa que crea que es el mejor para contribuir al desarrollo.

Desde mi punto de vista, un terreno poco explorado por las ONGD, y que puede tener un impacto importante a todos los niveles, es el fomento de grupos de trabajadores activos que organicen acciones de sensibilización dirigidas a sus compañeros y compañeras dentro de las propias empresas.

2 Comentarios
  • jupeso1
    Fecha 21:59h, 27 enero Responder

    Llevo días dándole vueltas a tu primera propuesta de reorientar la actividad hacia la sensibilización y he acabado por darte la razón. Parece más frío actuar de este modo que en el país de destino pero ¿qué sentido tiene que un país colabore con ayuda sanitaria en una catástrofe militar cuando se están vendiendo armas fabricadas en el mismo país?
    Además, esta propuesta puede ser una vía de financiación y de consolidación de la base social como planteas en otras de tus propuestas.
    En cuanto a lo de recuperar el espíritu asociativo, el otro día una amiga, curtida en todo esto de movimiento sociales, me comentaba que había comenzado un proyecto nuevo. Estaba completamente ilusionada por el carácter cívico del mismo, porque no se estaba basando ni en estatutos ni en responsabilidades, sólo en participaciones: cada uno aportando lo que tiene.
    Concluyo felicitándote, una vez más, por tan fabulosas propuestas.

  • Valentín
    Fecha 22:26h, 30 enero Responder

    Jorge, gracias por tus dos post sobre este tema. Creo que has hecho un buen trabajo de síntesis. Te comento algunas cosas.

    Lo primero, que comparto esas propuestas, que dices que has oído por ahí, pero a las que también les has dado tu visión personal.

    Lo segundo, que, sin embargo, son propuesta que prácticamente se centran sólo en el trabajo en el Norte de las ONGD. No hay casi reflexiones sobre el trabajo en el Sur, que, sin embargo, son también necesarias.

    Lo tercero, que esas propuestas eran igual de válidas antes de estos momentos de cambio y crisis y, de hecho, también se oían antes. Salvo reconocer la presencia de la empresa como actor de cooperación y la necesidad de ampliar fuentes de financiación, el resto, son temáticas que ya estaban antes.

    Las reflexiones que se están lanzando y se relacionan con la actual situación de cambio, no me parecen en la mayoría de los casos que partan de un análisis de esa situación. Más bien, parece que aprovechamos la situación de crisis para sacar los temas que cada uno teníamos ahí guardados desde hace tiempo y que, de vez en cuando, sacamos. Lo que me preocupa es que no tengamos en el sector de las ONGD realmente capacidad de analizar lo que está ocurriendo y de plantear propuestas adecuadas.

    Total, que tendremos que seguir reflexionando 😉

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